La vida fuera del armario...


Para ser justos en el tema de la salida del armario, se tiene que decir aquello de… “PASADA LA TORMENTA, SIEMPRE LLEGA LA CALMA”. Lo cierto es que se hace duro, largo y demasiado doloroso – (más cuando ves como sufren los seres que amas por algo que nadie tiene la culpa) -. es lo peor en el proceso de salida, mucho más que el daño propio. Una vez pasado todo el ciclón de malas experiencias y de la negatividad que vierten sobre ti las personas externas y una vez digerido el shock por parte de los familiares, todo pasa a un estado de normalidad. Lo curioso; es que después de salir del apolillado armario, te encuentras con lo inverso a lo vivido hasta el momento de la salida, y te hallas con que algunas de las personas que criticaron de forma tan cruel ante el descubrimiento de tu callada homosexualidad, ahora te bailan el agua y quieren ser tus amig@s – (y así poder presumir en las reuniones sociales de tener un amigo gay, etc…) -.
Yo después de mi salida, continúe llevando una vida muy normal – (sin esconder mi tendencia, pero tampoco con la necesidad de ir proclamándola a los cuatro vientos) -, hasta el momento en que mi pareja y yo pudimos compartir vivienda como pareja. Llevamos viviendo como pareja 18 años con toda naturalidad – (sin distinciones al resto de las parejas… hasta tenemos nuestras crisis y los mismos problemas de convivencia que los malamente nombradas “parejas normales”, ¡¡¡gruuuuuuuuuu!!!) -, del único contratiempo que nos diferencia de las parejas heteros, es que uno de los miembros cada mes tiene un periodo – (por eso pueden procrearse) -. Por lo demás somos idénticos y no porque necesariamente en las parejas gays uno de los dos tenga que hacer el rol femenino – (es el tópico más tonto que se escucha, ¡¡gruuuu!!) -. Como el de aquel compañero de trabajo que me dijo que me iba como anillo al dedo, al verme barrer  una zona de la empresa - (otro de los estereotipos estúpidos de los machirulos) -. Que cada cual saque sus propias conclusiones…
Lo que quería transmitir en este post, es que después del tiempo de adaptación de las personas de tu círculo social ante la noticia de tu salida del famoso armario, si somos capaces de llevarlo con sencillez y llevar una vida corriente todo se vuelve a tranquilizar y nuestra pieza encajara perfectamente en el puzzle de la sociedad, sin presiones y con tranquilidad. ¡¡¡¡Gruuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu!!!, jajajajaja.

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