Borrarme...






¡¡¡Gruuuuuuu!!!, no sé cuándo y porque se me pasa por la cabeza de tanto en tanto, el borrarme de la faz de la tierra y dejar que sean otros los que disfruten de todo lo que yo ya no le encuentro sentido. Esto de dejarse llevar por el mundo como un muerto viviente, me está llevando a un punto sin retorno, que me tiene abatido. Saco esperanza de donde no la tengo y las fuerzas ya no me llegan ni para abrir un parpado por las mañanas. Nadie podrá decir que no hago nada para salir de este estado y mucho menos, que haya tirado la toalla y me de por perdido. Pero es muy doloroso ver como este virus maldito ha echado raíces en lo poco de persona que queda en mí y ver como me está transformando en un carroñero integral a la velocidad de la luz sin poder remediarlo. Antes de verme así, creo que prefiero pegarme un tiro en toda la cabeza y dejar de malgastar recursos vitales. No me gusta ser un parásito que se alimenta de partes de otr@s; un ser que para sentir algo, tenga que ser a base de comerse el cerebro de un ser vivo – (aunque hay algun@s de ell@s que se lo merecen; ya que... aunque tengan unas tremendas ansias de vivir, su vida la dedican a destrozar sin ningún motivo vital a sus semejantes, y solo por eso... me los merendariaaaaaa, ¡¡¡gruuuuuuuuu!!! ) -. Yo al menos, lo hago por instinto de zombie y por el hambre infinito que tengo. Solo de pensar el sufrimiento que causo, seria capaz hasta de hacer una huelga de hambre y dejarme atrapar por la dama blanca que acecha con su guadaña por cualquier rincón, pero se me haría eterno y nunca me gusto el dolor y el sufrimiento, así que mejor me quedo como estoy, y a ver si la providencia hace algún milagro un día de estos.

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