¡¡Vaya, como pasan los días!!, ¡¡Gruuuuuuuuuu!! Ya siete de enero y parece que hace un ratito estaban todos apelotonados en la puerta de ayuntamientos, etc..., tragando uvas y toda clase de cosas comibles, despidiendo un año y recibiendo con ritos inventados por gente visionaria para vender más, y los humanos por miedo a caer en desdicha, siguen año tras año como polillas hacia la luz - (menos mal que yo con esto de ser zombie, algo bueno tenía que tener esto de ser un muñequito a cuerda... me quite de todas esas costumbres rancias. A mi lo que me tira es un buen corazón latente y sobre todo un cerebro gelatinoso, que me haga sentir un poco vivo) -.
Vuelve a la rutina y dejamos atrás las NAVIDADES y el trasiego de gentes de aquí para allá, rebuscando en todos los rincones el regalo perfecto para sus amigos y familiares, se terminaron las compras para cenas y comidas especiales, paso si no recuerdo mal mi cumpleaños - (que era por esas fechas, ahora ya no me hace falta, quedare asi para la eternidad si hay suerte de no convertirme en un... mejor ni pensarlo, jejejeje) -. Por fin pasó el espíritu navideño - (la esencia del cubito de hielo como lo llamo yo) -, y la multitud vuelven a la anestesia global y a pasar por delante de gente necesitada y convertirlos en personas invisibles... Vuelven a sus días vacíos, y vuelven a llenar las redes sociales de fotos y vídeos, mostrando al mundo lo - (in) - felices que son, pero con el maquillaje de sus vidas paralelas, esas que se crean para sentirse alguien y no mostrar su verdadera realidad. Yo en cambio, continuo con mi deambular y en cambio... gano en calidad de comida - (no tan condimentada de wisky, champañe, chocolate y turron)... Jajajajaja.
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