¡¡¡Gruuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu!!! Desde hace un tiempo, - (justamente el que llevo sin tomar los inhibidores del dolor que produce las hernias que el pan de cada día me regalo) -, que la mente se está inundando de imágenes que me hacen sentir. En esos recuerdos veo lo feliz que me sentí en alguna etapa de esta subsistencia que me regalaron mis padres con todo el amor del mundo. Quiero exponer como el cielo que mis ojos vislumbraban en aquellos momentos era más azul que el del resto de los mortales. Me gustaría narrar como el Sol y la Luna alumbraban el amor que transpiraba cada diminuto poro de mi piel, perfumando de feromonas el aire. Poder describir en palabras lo hermoso que era respirar, saborear la dulce delicia de los labios de mi pareja, y como el mundo se detenía con tan solo poner nuestros pies sobre él. En realidad la familia era mi centro, un núcleo compacto y como todo consorcio, tiene sus más y sus menos… sus menos y sus más; pero al final, todo salía bien como en cualquier episodio de “Los problemas crecen”… Hoy quiero contar, como comenzó mi camino hacia la transformación de ser humano a este repulsivo ser inservible en el que me he convertido. Todo en esta vida tiene su porque y tiene a unos verdugos, gentes... – (por llamarlos de alguna forma) – ...que intentan brillar a costa de hundir con falsas invenciones, al que fue un amigo.
Son “personas” amargadas, con una falsa cobertura dorada – (que ni siquiera es de latón) – y que inventan una felicidad de cara a la galería de su círculo y red social. Son “personajes” dañinos y llenos de insatisfacciones y que no merecen más mi tiempo, ni más palabras dirigidas a ellos... – (solo quería expresar el quizás o el detonante de mí transformación) -. Tal vez; no supe o pude combatir el virus que estos perniciosos vertieron en mí y de cierto modo, hizo que mi transformación fuese más aguda o vertiginosa; y que la sensación de ente inútil, fuera mucho más evidente. Lo cierto es que mi mente radioactiva parece que se derritió y con ella los buenos recuerdos de una vida, que aun con ellos... se me hizo tan cuesta arriba, que llego a bloquearlos y consiguió que el corazón perdiera la fuerza y las ganas de latir. Ahora, no sé cuál será el motivo de esta recuperación… y la vuelta de esos momentos del pasado, que están reviviéndose en mi cabeza con un ímpetu dominante y que se convierte en sentimientos de fracaso y de pérdida de un tiempo, que otras personas hubiesen aprovechado y disfrutado mucho mejor.
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