Un garabato mal esbozado.






¡¡¡Gruuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu!!! Veintisiete, febrero... Llevo días de silencio eterno, tan infinito como el tiempo... ese que nos gusta tener controlado en una esfera. Controlar, poder contar los minutos segundos... ver como escapa de nuestro control el efímero tiempo que tanto tememos y ¿amamos? - o más bien... ¿queremos tener en nuestro poder? -. Nadie sabe el porque, pero todos estamos pendientes de él. Tantas veces esperado, tantas otras renegado e injustamente denostado porque nos hace ir de culo... Todo gira alrededor de esas manecillas o de esa faz con números luminiscente. 

 ¿¿¿Quien invento el malévolo tiempo??? Acaso no era suficiente con saber que cuando salia el sol era momento de poner en movimiento el mundo y cuando se hace la oscuridad, es momento de recrearse junto a la familia y disfrutar de nuestra compañía... Esa que el tiempo nos arrebata cuando nos vamos a ganar el pan con nuestro sudor. Con nuestro eterno afán de conquistar, inventar, conocer, controlar... nos hemos envuelto en una infinita tira de celofán, con la que nos hemos liado tanto y de tal forma, que a día de hoy; no hay forma de encontrarle ni pies, ni cabeza a el pobre gato que pasaba por allí. 

 Lo cierto que llevo ya un tiempo en silencio, sin emitir un simple ¡GRU! de queja o para constatar que todavía estoy en este espacio-mundo. Noto como por días mi ser de muerto viviente se va desvaneciendo cada vez más. Noto como la materia de mi yo mas individuo, se emborrona en un charco de barro. Noto como la inapetencia me esta dejando las ganas anímicas de historias, de vivencias que hagan un mañana, que dibuje al menos... un simple garabato mal esbozado.

Producto relacionado en Amazón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario