Botella al Mar...

¡¡¡Gruuuuu, buenos días, seres vivientes de este planeta!!! 

Hace algún tiempo, eche una botella al mar o a la mar salada - (como prefiera cada cual) -. Pedía ayuda a quien la encontrase en la orilla o en el muelle donde La loca de San Blas esperaba a su amor día tras día. Mi esperanza era que no se tiñera mi alma de blanco desencanto antes de recibir un apoyo. Notaba como la desilusión recorría mis venas a un ritmo casi frenético desde hacia algún tiempo. Era seguro que el virus iba haciendo su trabajo e iba convirtiendo mi cuerpo de esperanza en un muñequito de famosa que ni siquiera se dirigía al portal. 

Y como las cosas de palacio, van mucho más que despacio... hoy, y después de no se cuanto tiempo - (porque en mi estado caníbal, uno pierde la noción del tiempo e incluso hasta los donuts, jajajajaja... buen anuncio de los 70) -.

Como iba contando; después de tropecientos días, mis pies me han arrastrado hacia el lugar donde mi botella de salvación encontró orilla. He tenido que esperar un buen rato - (cosa que me llena de estrés) -, pero subsane ese momento leyendo los varios carteles que maquillan las paredes con frases y escritos hechos, que repitiéndoselos al cerebro, uno llega a digerirlos - (ahora que pienso en cerebro y en digerir... ¡¡¡tengo hambre!!!) -. 

Entra quitándose la bufanda una mujer y mientras abre la puerta de una habitación, me pregunta: 

- ¿¿Tienes visita a las ocho y media?? 

* Sí, claro... Buenos días. 

Entra y oigo ruido de movimiento de papeles... todavía me hace esperar unos minutos, entonces escucho desde el fondo de la habitación: 

- ¿¿¿Solamente Uve???, pasa. 

Cierro la puerta y continuo teniendo hambre... la miro y pienso por un momento lanzarme sobre ella y degustar su cerebro y recrear todos los pensamientos de... ...en el cartel de la puerta ponía psicóloga, - (quizás me sorprendería mucho al saber cual construida esta su mente, jejejejee) -, pues sera eso, una comecocos - (¡¡Vaya!!, ahora resulta que yo soy psicólogo y no lo sabía, jejejejeje) -. 

Me siento en una de las dos sillas que están delante de su mesa de despacho. Mi nerviosismo es latente y ella con mucha tranquilidad, empieza a presionar con soltura el teclado de la computadora... 

- Dime Solamente Uve... 

Se baja las gafas hasta la punta de la nariz y me mira fijamente pero con cierta ternura... y yo, empiezo a regurgitar todo mi pesadumbre, mientras ella toma notas en el ordenador. 

P.D. ¡¡Gruuuuuuuuuuuuuuu!!; casi una hora después y con algunas lagrimillas de menos en mis carúnculas - (pensaba que las tenia más secas que mis bolsillos a final de mes, y me he quedado enormemente sorprendido) -. Estaba mentalizado de que no me quedaba parte humana en mis neuronas y con esta visita he vislumbrado un poco de luz al fondo del sepulcro en el que me han empujado casi sin darme cuenta. Siento algo en mi interior que hace que me sienta inquieto, nervioso... desesperado, ¡¡¡Aaaaaah si, es verdad!!!, tengo un hambre que me comería un regimiento de cascos azules - (dicen que tienen mucho hierro y que es bueno para mi anemia, jejejejeje) -.

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